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El Boss
Los discos de estado sólido (SSD) son el componente informático más de moda hoy en día y no faltan razones, basta con poner uno de estos discos en un ordenador viejo para ver el tremendo cambio que da en la velocidad y la fluidez del sistema. El navegador y el resto de aplicaciones se abrirán al instante por no hablar del aumento en la velocidad a la hora de copiar y mover archivos de varias decenas de GB. Lo que muchos usuarios pueden no saber es que los discos SSD precisan de un mantenimiento y una configuración por parte del usuario para que puedan darnos lo mejor de ellos. Os traemos un sencillo tutorial para aprender a optimizar su funcionamiento en nuestro sistema operativo Windows.
Pasos previos a la optimización del SSD
Antes de empezar nuestra guía sobre la optimización de los discos SSD te damos una serie de recomendaciones generales para que puedas extraer todo el rendimiento a tu dispositivo sin ningún problema:
- En primer lugar, es necesario instalar la última versión del firmware de tu SSD. En la mayoría de los modelos lo puedes hacer desde el mismo software proporcionado por el fabricante o bajándolo desde el sitio web oficial. El firmware es una parte muy importante que se encarga de gestionar el funcionamiento del SSD a un nivel muy bajo, por tanto, si hay algún problema nada de lo que hagamos a continuación servirá.
- En segundo lugar, debes asegurarte de tener tu SSD configurado como AHCI en la BIOS de tu placa base, aunque los SSD se conectan a los puertos SATA de la placa base, estos pueden ser configurados en modo IDE que lastra su rendimiento. El modo AHCI logra unas velocidades muy superiores a las que puede ofrecer IDE, que se diseñó para los discos mecánicos.
Paso 1: Cuidado con los benchmarks
Hemos comprado un nuevo SSD y a todos nos gusta presumir de su rendimiento, que mejor forma de estrenarlo que pasarle un CristalDiskMark para evaluar su rendimiento y fardar con todos nuestros amigos ¿Verdad? Estos tests nos vienen muy bien para ver si nuestro disco rinde como debería o hay algún tipo de problema con su velocidad, el problema es que escriben muchos datos durante su funcionamiento por lo que si abusamos de ellos estaremos acortando la vida de nuestro SSD sin ningún sentido.
Nuestra recomendación es usar uno de estos tests cuando montamos un disco nuevo y si vemos que todo va bien mejor nos olvidamos de ellos, podemos hacer un test una vez al mes para comprobar que todo sigue funcionando correctamente pero no tiene ningún sentido que estemos todos los días con ellos.
Paso 2: Desactivar la hibernación
La hibernación se implantó para hacer frente a la baja velocidad de los discos mecánicos, esta función lo que hace es acelerar mucho el arranque del sistema, aunque en el caso de los SSD su velocidad es muy alta por lo que no tiene ningún sentido.
Lo que hace la hibernación es guardar el estado de la maquina en el disco duro antes de que el sistema se apague, con ello se puede reanudar de una forma mucho más rápida que si se iniciara de cero otra vez. Esto tiene mucho sentido si usamos un disco duro mecánico tradicional pero que en el caso de usar un SSD pierde sentido e incluso es contraproducente ya que usaremos ciclos de escritura sin conseguir nada a cambio. De paso con su desactivación liberaremos unos cuantos GB de espacio en nuestro SSD que estaban reservados para esta función, algo que siempre nos vendrá genial ya que los SSD no tienen una capacidad muy grande por su alto precio por GB.
Para desactivar la hibernación tan solo tenemos que dirigirnos al menú "inicio", buscar cmd, abrirlo y ejecutar la siguiente orden:
powercfg.exe /h off
Paso 3: Desactivar Superfetch
Prefetch y su versión mejorada Superfetch son dos características más que se inventaron para hacer frente a la baja velocidad de los HDD y acelerar la apertura de las aplicaciones. Estas dos tecnologías lo que hacen es precargar los programas más usados para que se inicien más rápido, algo que viene genial cuando se tiene un disco mecánico pero que con un SSD no supone ninguna diferencia dada la gran velocidad de estos. Otro inconveniente de Superfetch es que escribe datos innecesarios en nuestro disco SSD, algo una vez más puede acortar su vida útil y por tanto no nos interesa.
Desactivar Superfetch es muy sencillo, solo tenemos que ir al menú "inicio" escribimos y buscamos "servicios" e iniciamos como administrador. Se nos abrirá una ventana con todos los procesos activos de Windows, solo tenemos que buscar Superfetch y desactivarlo.
Paso 4: Desactivar la indexación del disco duro
La indexación del disco duro es un proceso que sirve para tener los archivos clasificados, de esta forma el sistema los puede encontrar de una forma mucho más rápida cuando buscamos alguno de ellos. Esta es una medida más que se ideó para hacer frente a la lentitud de los discos mecánicos ya que muchas veces podían tardar varios minutos en encontrar un archivo. La gran velocidad de los SSD hace que sea muy fácil encontrar cualquier archivo por lo que no es necesario que tengamos su contenido indexado. El proceso de indexado consume recursos del sistema y escribe datos en el disco duro, por tanto es algo que debemos evitar en el caso de que tengamos un SSD ya que no nos va a beneficiar en nada y si que nos va a perjudicar.
Para desactivar la indexación del disco duro solo tenemos que ir a "Mi PC", hacer click secundario sobre el disco SSD en cuestión, entrar en "propiedades" y desactivar la casilla correspondiente en la pestaña " general". Aceptamos y dejamos al sistema trabajar por unos segundos.
Paso 5: Desactivar el desfragmentador de disco y activar el TRIM
La fragmentación del disco duro consiste en la separación de datos en diversas zonas del disco, es decir datos que deberían estar todos ellos juntos se acaban separando durante el funcionamiento normal del sistema. Esto hace que el disco duro mecánico tenga que trabajar y moverse más para encontrar todos los datos y con ello se merma el rendimiento. Los SSD no tienen partes móviles ya que están formados por chips de memoria, esto hace que el rendimiento no se vea mermado en el caso de tener que lidiar con archivos fragmentados.
La desfragmentación lo que hace es mover y reorganizar los datos del disco duro para que queden mucho más contiguos, como os podéis imaginar esto supone una escritura de datos muy intensa y es algo que no nos interesa para nada en el caso de tener un SSD puesto que vamos a acortar en gran medida su vida útil y no vamos a tener ningún beneficio en el rendimiento. Windows a partir de la versión 7 ya es capaz de detectar los SSD y desactivar la desfragmentación de forma automática, lo importante es que si tenéis un programa de terceros instalado para desfragmentar que lo reviséis.
Por otra parte el TRIM tiene que ver con la forma de funcionar de los discos SSD, estos se basan en memoria NAND y una característica de esta es que no se puede escribir en un bloque en el que ya había algo escrito sin que antes se hayan borrado los datos. Es decir que si tenemos datos escritos en un bloque de memoria deberemos borrarlos antes de que podamos volver a escribir en dicho bloque. El TRIM es un proceso que informa al disco SSD de los bloques que pueden ser borrados, de esta forma se borrarán automáticamente y quedarán listos para volver a escribir cuando sea necesario.
Para activar gráficamente el TRIM del disco nos dirigimos al menú "inicio" y buscamos la herramienta "desfragmentar y optimizar unidades". Una vez dentro de la herramienta buscamos nuestra unidad SSD, nos dirigimos a "Activar" y nos aseguramos de tener desmarcada la opción "Ejecución programada".